La calidad de los productos siempre ha sido importante para los consumidores, hay quienes piensan que es mejor pagar un poco más por un producto de calidad y no después lamentarlo.
Otros piensan que prefieren sacrificar la cantidad y no la calidad, es decir, es preferible comprar menos productos pero de alta calidad, que comprar muchos que no tienen garantía de sus atributos y que en poco tiempo se deteriora.